"Cuando las cosas llegan a los centros...

... no hay quien las arranque."

Hoy me he emocionado. He permitido que esa vulnerabilidad y esa intimidad, que tan a raya tengo, broten. Sin intervenir.

No se puede defender la Libertad como yo lo hago y luego ser mi propia carcelaria.

Además de dejarlas salir, las he compartido. Doble desafío. Cierto es que la testigo era una amiga. De esas que te tocan el Alma. Pero aún así a mí me cuesta mostrarme humana, en ocasiones.

Todo ha emanado mientras hablábamos de relaciones románticas y cantábamos. Yo conducía. De mis planes favoritos. Música y conducción. Entro plenamente en intimidad. (Por cierto el otro día leí que Intimidad significaría “Fin de la Huida”. No puede tocarme más la fibra.)

Bueno, volviendo al tema. Me he emocionado pensando el Amor. Le comentaba a esta amiga que creía que las lágrimas venían de que había llegado a una certeza: vivo con tanta intensidad los amores ajenos porque tengo la capacidad de apreciar el Amor. De verlo. De reconocerlo. De ponerlo en valor. De darle su lugar.

También puede ser que esa haya sido mi forma de vivir el Amor durante muchos años: a través de mis seres queridos. Y porque en la amistad he encontrado y he creado verdaderas historias de Amor.

Pero no, señores. Hoy no me voy a hacer el lío. Hoy no huyo. El Amor lo reconocí. Cuando sucede, no puedes mirar hacia otro lado. Y si lo haces, sabes que estás cometiendo una atrocidad.

Lloraba diciéndole a mi amiga que el Amor es lo único valioso. Es la razón por la que existimos. Me sorprendo cuando nos percibo dudando de nosotros mismos y de este.

Esta amiga me ha ayudado a recordar quién soy. A poner ese Amor en mí. A ser consciente de que esa pureza que me permite vivir en el Amor seguía intacta. Por muy asustada que haya vivido.

Y que ese Amor que me despertó, me sigue habitando. Igual que habita en el Alma de él. Ese amor nos salvó. Muchas veces esa salvación es de nosotros mismos. Del miedo que le tenemos a nuestro propio Poder. Al Poder del Amor.

No hay día en el que no recuerde y agradezca ese Amor. Sé que ambos vivíamos a medias hasta entonces. Y aunque mi impaciencia y mis expectativas me han querido vender muchas veces que si no estás con esa persona, no es suficiente… Lo único suficiente en esta vida es el Amor.

No sé qué me tendrá deparado Dios… no sé si nuestros caminos vayan a unirse de por vida… Lo que sí sé es que nuestro Amor es eterno. Y que ese es el sentido que le doy a nuestra existencia: Amar.

La lucha que había dentro de mí se ha disipado. No hay nada que arrancar. Ni nada de lo que huir. Todo lo contrario. Toca celebrar lo rodeada y llena de Amor que estoy. E ir por la vida con la cabeza alta y el corazón abierto.

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