Ser mirado, en verdad, es una experiencia íntima.
Desde que llegamos a esta realidad queremos (y necesitamos) ser vistos o, mejor dicho, ser mirados. En primer lugar, porque eso garantiza nuestra supervivencia.
Siempre he sido muy reticente a eso de “necesitar”… Me hacía sentir desprovista/desprotegida y me conectaba con mi dolor más profundo: la dependencia. No obstante, la verdad es que nos necesitamos. Y luchar contra ello puede convertir ese dolor en un insoportable sufrimiento.
¿Por qué la mirada está relacionada con la supervivencia y con la existencia? Porque no hay mayor muestra de Amor que la Atención. Si no te veo, no existes. No puedo cuidarte. No puedo comprender tu mundo/universo. Ni tú el mío.
Cuando aún no existe la palabra, ya nos comunicamos. De ahí la importancia de mirar. De observar. De atender. Si estamos distraídos, pasamos por alto detalles valiosos.
Los niños necesitan atención. Es gracias a esta que van desarrollando su confianza. (Escojo a voluntad el término de Confianza y no el de Seguridad). ¿Qué pasa cuando esta es escasa o deficiente? Pues que se repliegan. Sienten que su entorno es hostil y que sus necesidades no van a ser cubiertas. Por lo tanto, lo más adaptativo es no tenerlas. Nos ahorramos un disgusto.
Queridos, siento decepcionarles. Todos necesitamos algo. Si no, seríamos máquinas (que también tienen sus cosas). Negar algo no lo hace desaparecer.
¿Para qué es tan importante ser vistos? Para aceptarnos. Cuando yo veo algo, ese algo ya no está oculto. Ya no es ignorado. Ya tiene un lugar en el mundo.
Muchas veces interiorizamos que si algo no fue atendido es que no es importante, no es valioso o, incluso, es defectuoso. Nada más lejos de la realidad.
Para tomar una decisión, primero hay que saber de qué se está hablando. Por lo tanto, miremos cada cosa de frente y luego decidimos qué queremos hacer con ello.
Ser mirado. Sí, ser mirado. Implica una Voluntad de Ver.
¿Pero cómo vamos a ser mirados por una persona que, con total probabilidad, no se ha mirado a si misma? Estamos jodidos.
Por eso, señores, la Intimidad es una obra de arte. Que empieza por dentro. De la piel para dentro. Está claro que todos deseamos tener intimidad con un otro. Pero no se puede ofrecer aquello que no se tiene.
Mírate. Aunque sientas pudor, vergüenza, miedo. Con más razón. Ahí hay mucho que desea ser visto. No te apresures. Este vínculo (íntimo) es de por vida. Deléitate. Siente el desgarro. El alivio. El gozo. Algo se está liberando.
Estás dejando que todo tu ser salga, de la sombra. Para que tu Alma se entregue. Se entregue a la Intimidad. A la intimidad con otra Alma.