Estudié en el Liceo Francés de Madrid. Mi colegio te invita a cuestionarte. No se aprende de memoria y ahí se desató mi amor por la filosofía.

Estudié Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid. La completé en 7 años, quería deleitarme, ahí nació mi amor por la Criminología.

A los años hice el Máster de Psicología Forense y Penitenciaria en la misma universidad. Me apasiona el mundo legal, penal y penitenciario.

Hice las prácticas en una prisión de Madrid: Soto del Real. Segunda cárcel institucional que conocí de primera mano.

Decidí prepararme las oposiciones para Psicóloga Penitenciaria. He aprendido mucho de esa aventura. Sobre todo, que amo aprender. Es lo que me estimula a seguir creciendo en mi vocación de ayudar.

En esos años pude corroborar que no es lo mío: adoro trabajar en la prisión pero la seguridad que viene asociada a lo público va en contra de mi cruzada: La Libertad.

He trabajado unos meses en un Centro de adicciones. Me di cuenta de lo importante que es delegar y confiar, hacer equipo, vaya. Allí no lo conseguí.

Desde entonces, he trabajado (y sigo trabajando) en un Centro Educativo Psicopedagógico (CROA) donde acompaño tanto a menores como a sus familias.